martes, 3 de mayo de 2016

Nos convertimos en objetos


 
NOS CONVERTIMOS EN OBJETOS

                  UN OSITO DE PELUCHE

Me desperté una mañana muy temprano, no podía moverme, y me di cuenta de que yo no era yo; me había convertido en el osito de peluche con el que había dormido durante toda la noche. Creo que el motivo por el que me había sucedido esa catástrofe es por el gran cariño que le tenía a mi pequeño osito Lulú. Estaba tirada en el suelo, tal vez fuera porque yo misma, cuando era humana, lo habría arrojado al suelo con mis movimientos; pero ese no era el caso que más me preocupaba, lo que realmente me parecía raro y extraño era que yo no era yo, había desaparecido como ser humano y me había convertido en un oso de peluche sin movimiento.
Estuve tirada en el suelo como un cuarto de hora, pero luego sonó un ruido familiar para mí. ¿Qué sería?,me preguntaba yo. Fuese lo que fuese, sonaba horrible. Me di cuenta de que lo que sonaba era el despertador, como siempre a las 7:30 para el instituto. Mi hermana se despertó y preguntó por mí a mi madre, ya que no me veía en la cama, cosa extraña para ella ,porque siempre se levanta antes que yo .Mi madre le dijo que no había bajado al salón y que ella pensaba que seguía en la cama. Después de media hora se preocuparon y fueron en mi búsqueda. Roció, mi hermana, me levantó del suelo y me puso sobre la cama antes de salir con mi madre. Cuando se fueron intenté llorar, pero no podía ni siquiera eso. Al poco tiempo, entro en mi habitación Kira mi pequeña perra y empezó a babear sobre mí. ¡Qué asco! Ya le daría una buena regañina por que tiene prohibido subir a mi cama. De repente me di cuenta de que me podía mover y de que ya era yo. No podía creerlo cuando llegaron mi familia me inventé una excusa, pues ni yo podía creer lo que me había pasado. 
 
María Sánchez ( 2º A)

 
¡Me convertí en una mochila!


Hoy me he levantado en casa de mi prima María porque ayer me quedé a dormir allí. Cuando nos arreglamos para el instituto, me dio una sensación muy rara: notaba como mis extremidades no se movieran, me costaba vestirme. Me estaba encogiendo lentamente hasta que me convertí en la mochila de mi prima.
Ella me estaba buscando hasta que llegó la hora de irnos. Yo intentaba hablarle pero no me salía la voz.
Llegó al instituto y María me abrió: notaba como abría la cremallera y como sacaba la libreta de sociales y el estuche. Yo veía a la maestra Carolina, pero cuando pasó lista me puso falta, porque ella no se dio cuenta de que yo era la mochila.
En la hora del recreo me quedé sola en clase.
De repente me entró un sueño acogedor, porque estaba muy aburrida, cuando me desperté me di cuenta de que estaba sentada en la silla. Sonó el timbre para entrar del recreo, y cuando entraron mis compañeros a mi clase (2·A), mi prima me preguntó qué me había pasado. Le dije que me había convertido en su mochila pero no me creyó, pensaba que me estaba burlando.

Raquel ( 2º A)
                                ¡CUIDADO CON LA PUERTA!

Os contaré algo que me pasó mientras pasaba la tarde con mis amigas. Estábamos en mi cuarto, mis padres no estaban en casa, así que decidimos fumarnos un cigarrillo, que le habíamos comprado a mi vecino. María lo encendió, le dio la primera calada, y Rocío la siguió. Después me lo pasaron a mí y yo empecé a toser bruscamente. De repente se me nubló la vista y sentí una sensación muy rara, como si una nube fuera envolviendo mi mente hasta dejarla dormida, la nube que había desprendido el cigarro me estaba afectando demasiado.
Al día siguiente me desperté al escuchar el timbre. ¡No puede ser, era mamá! Enseguida me levanté a abrir la puerta, pero comprobé que era imposible. Me di cuenta de que me había convertido en una puerta. Escuché a mamá subir las escaleras, y vi que se dirigía hasta aquí. Yo estaba inmóvil, le gritaba pero no me escuchaba. Me sentía muda e invisible, como el aire, como el viento.
Mamá, al ver que yo no estaba en casa y que tenía mi habitación patas arribas, se enfadó muchísimo, y me llamó al móvil, que comenzó a sonar y sonar, pero nadie respondía. Estaba tan enfadada que pegó un portazo, y me dio tan fuerte que se me saltaron lágrimas de madera, varias astillas se desprendieron del canto de mi puerta, o sea, de mí. Después de varias horas, llegó Manuel, mi hermano mayor, quien también preguntó por mí. Estaban todos muy preocupados. “¡¡¡¿Dónde se habrá metido esta niña?!!!”
Pasé la noche muy agobiada, se me dormían los brazos, se me quedaban entumecidos y se me nubló de nuevo la vista, mientras me entraba un profundo sueño. Al día siguiente me desperté debajo de la cama, bajé rápidamente las escaleras y le dije a mama que lo sentía mucho, que me había quedado dormida debajo de la cama y que había tenido un sueño muy, muy extraño…

Cristina ( 2º A)

 
                               ME CONVERTÍ EN UNAS SÁBANAS
Un sábado por la mañana me sentí muy rara, era una sensación como de estar sucia. Sé que parece extraño pero es cierto. Cuando me di cuenta comencé a sentirme mareada y muy cansada y vi a mi madre por una pequeña ventanita. Me asusté mucho, intenté comunicarme con ella pero nada: o se hacia la que no me escuchaba o era yo la que no era entendida. ¿¿¿ERA YO ??? Puf, estaba hecha un lio o más bien hecha una bola…..Cuando paré de rodar de ese chisme donde estaba metida, que no era otra cosa que la lavadora, mi madre me cogió en brazos y me tendió sobre un cable largo. Allí tendida pensé que me había convertido en mis propias sabanas, pero no sé, estaba dudando, porque yo me sentía como siempre, tan alegre y tan risueña. Cuando vi a mi madre que se alejaba de mí, me sentí por un momento sola en el mundo, allí colgada entre tantos desconocidos: calcetines, manoplas, bragas... Cuando me sequé, pues yo ya había asumido que era una sabana, pensé mucho en mi familia, en que ya no volvería a estar con ellos en forma humana. Pero, de pronto, por arte de magia o por pura suerte, me desperté en mi preciosa habitación arropada entre las sábanas con las que había soñado. Lo primero que hice fui a darle un beso enorme a mi madre. Me sentí otra vez viva y supe valorar lo que era ser una persona y una sábana.

Zaira (2º A)
 
                                                         ¡¡¡SOY UN LIBRO!!!

Un día por la mañana me levanté y estaba muy cansada de haber estado toda la noche estudiando sociales. Entonces me desperté y fui a desayunar. Más tarde me puse a estudiar otra vez y me quedé dormida. Cuando me levanté  me había convertido en libro. Estaba el libro abierto por la página que estaba dando Carolina en clase, intentaba pasar de página pero no podía y me di con el estuche. Yo  quería intentar convertirme en mí otra vez, pero escuchaba unos ruidos como estuches abriendo y cerrándose y mochilas tiradas de aquí para allá. A media noche me desperté encima de la mesa y me preguntó mi madre que qué hacía al y yo le dije que no entendía nada. Casi hipnotizada me acosté en mi cama convertida ya en misma.

Rosario (2º A)



No hay comentarios:

Publicar un comentario