Por tercer año consecutivo tenemos el placer de anunciar los ganadores de este certamen de cartas: Dariany Muñoz ( 1º B), Jéremy Mena (2º C, finalista), Nora Akrach (3º B) e Iván Martín (4º B). En las siguientes líneas os mostramos sus composiciones:
Para
mi Ángel de la guarda Alfredo:
Papá,
hace 4 meses que partiste al cielo pero yo te necesito mucho y tú lo
sabes. A veces mi mamá se pone muy triste porque tú no estás a su
lado, ella también necesita tus besos, tus abrazos, tus sonrisas, …
.Yo también te extraño, sin embargo trato de no llorar porque sé
que tú no me querías verme así. A veces me callo el llanto, pero
mis ojos no lo pueden contenerse: si no lloro me hago daño a mí
misma y no puedo evitarlo. Perdóname por romper la promesa que te
hice papá, muchas veces trato de sonreír aunque por dentro estoy
destrozada.
A
veces me pregunto por qué me tuvo que tocar a mí una vida tan dura,
pero veo a mi madre y pienso que ella sufre más, mucho más que yo.
Este año no va ser lo mismo sin ti, febrero fue el mes más duro, ya
que el día nueve cumplías un año más de vida y no lo pudimos
celebrar contigo. Ese día me puse a llorar desconsoladamente cuando
veía las fotos de tu cumpleaños del año pasado, como sonreías,
como me dabas un beso en la mejilla; a veces esas pequeñas cosas que
parecían poco importantes o insignificantes, son las que más
invaden mi mente cuando te recuerdo.
Catorce
de febrero. el día del amor, ese día mi madre se puso muy mal ya
que este año te tocaba darle el regalo a mi mamá, cuando se
despertó le di un gran beso y un abraso, porque tú me enseñaste
que ese es el regalo más preciado. Tú has dejado una huella
profunda en mi corazón. El día de tu entierro lo pasé fatal ya que
ese día fue mi cumpleaños. Después de dejarte en el cementerio
llegué a la casa de mis abuelos y vi que mi familia me había
organizado una fiesta y, a pesar de mi tristeza, me puse muy feliz y
sentí como el aire que entraba por la puerta me tocaba mi mejilla.
Sé que siempre estás a mi lado, te agradezco por haber luchado por
mí hasta el final, lloro mucho cuando mi mamá me cuenta cómo te
fuiste al cielo, cómo cerraste tus ojitos. Yo te vi en el ataúd, te
vi con una sonrisa hermosa como siempre.
Algunas
personas no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos. Ojalá
pudiera volver el tiempo hacia atrás para darte un abrazó, para
verte de nuevo, pero Dios no lo quiso así. Tú siempre serás mi
héroe porque luchaste por mí hasta el final. Recuerdo que en
navidad siempre me veías tocar el piano, jugabas conmigo, aunque
estuvieras malo. Yo no pensé que doliera tanto tu ausencia, pero me
consuela saber que no sufres más esa enfermedad, porque estás en
un lugar lleno de luz donde descansas en paz.
Te
extrañó mucho papá, muchos besos de tu hija.
Dariany
Muñoz Chávez (1º B)
Querida Mamá:
Nunca te he escrito nada pero llegó el
momento. Te escribo esta carta porque te hecho de menos y no puedo
seguir viviendo sin tí. Recuerdo, que cuando era pequeña, tendría
unos 4 años o 5, me reñías cuando hacía algo mal o te gritaba...
Esta carta es muy importante para mí
porque te puedo decir lo que siento, que es dolor pero lo disimulo
con una sonrisa pero por dentro estoy destrozada y solo pienso que
ojala despierte de esta gran pesadilla, pero no puedo despertarme por
lo más que lo intento.
El 21 de septiembre de 2015 esta feche
nunca la podré olvidar, tampoco esta frase: Te quiero mucho, tu
rostro y tu sonrisa, siempre estaban ahí cuando más lo necesitaba.
Pero ahora nada está,
porque ya no te puedo dar más abrazos,
o tus riñas cuando sacara malas notas, no te podré dar más besos
ni nada. Siempre estas en mi mente, nunca vas a salir de ella.
Solo te quiero decir que te quiero y
siempre te querré y si algún día te he mentido es porque no quería
hacerte daño y solo te pido que me perdones por si algún día te
grite o te engañe. Y si me dijeran que pidiese un deseo, este sería:
Que volviera mi madre para solo darle un último beso y abrazo y
decirte mamá Te Quiero Mucho.
Nora Akrach (3º B)
No dejo de pensar en
lo mismo desde aquella vez. Aún me pregunto cómo pudo pasar. A
veces pienso que fue un simple sueño, una terrible pesadilla, que en
realidad nunca ocurrió, que voy a despertar y te volveré a ver. Si
tan siquiera pudiera volver a sentir tu presencia… que vinieras una
última vez a despertarme como todas las mañanas.
En todo momento te
recuerdo. Todo lo que me rodea lo asocio a ti. Ese programa de
televisión del que nos reíamos juntos de lo mal hecho que estaba,
los deliciosos pasteles de crema que nos preparaba tu madre cuando
nos quedábamos en tu casa y las natillas de mi padre cuando nos
quedábamos en la mía…
Todos dicen que no
tuve la culpa. Dicen que fue un simple accidente. Pero yo sé que no
es verdad, que es solo para que no me sienta mal. Sé que soy
culpable. Fui yo quien te insistió a jugar. “Las armas las carga
el diablo”, dicen, pero aquella la cargué yo con mis propias
manos.
Si pudiera volver en
el tiempo, poder rectificar mis actos… pero lo hecho, hecho está.
Si hubiera tenido solo una oportunidad para decirte lo que realmente
sentía, posiblemente todo habría tomado otro rumbo… o no. ¿Quién
sabe?
A veces vuelvo a
sentir cómo se escurre tu sangre entre mis dedos, creando un charco
rojo en la moqueta. A veces, me siento junto a la marca de tu cadáver
aún señalada y me imagino que realmente estás aquí, como si no
hubiera pasado nada. Ojalá fuera así. Ojalá. Ojalá no tuviera que
recurrir a un “ojalá”.
No me creo la
historia de ese tal destino, pero si realmente existiera, ni a ti ni
a mí nos admira demasiado…
Te quiero. Te quiero
mucho. Y es por eso que te dedico mi última carta. No importa que no
la leas, después de escribirla, me reuniré contigo.
Att. (…)
Iván Martín (4º
B)
Querida amiga:
Necesito escribirte
esta carta porque ya no puedo contenerme más, ¡te quiero!
Llevamos mucho
tiempo conociéndonos y, todo este tiempo he intentado decirte que
quiero ser algo más que un amigo en tu vida. Quisiera amarte,
tocarte, besar esos labios rojos y húmedos, rozar tus manos…necesito
estar a tu lado porque mi corazón me dice a gritos que te necesita.
Cuando estás a mi
lado no soy el mismo de siempre, soy ese hombre feliz con ese inmenso
e infinito amor hacia ti. Siempre me acuerdo de ese día cuando tenía
cinco años, ese momento en el que conectamos, me acuerdo
perfectamente de ese día como si fuera ayer, el día 15 de diciembre
de 2006. Desde aquel día mi vida cambió por completo. ¿Recuerdas
aquella tarde cuando paseábamos a tu perro y nos dimos nuestro
primer beso? Fue tan intenso y persistente como el mar en un fuerte
vendaval.
Hoy no podría
imaginarme un futuro sin ti. Preferiría la muerte antes que dejar de
tenerte a mi lado. ¿Te imaginas a nosotros en nuestra casa, con
nuestros hijos jugando mientras nosotros hablamos de cómo nos
conocimos, de ese primer beso, de ese primer día?
Espero que leas esta
carta sintiendo lo mismo que yo, ese amor y sentimiento hacia ti.
Hasta pronto. Nunca
olvides que te quiero, que te espero cada día, siempre…Tómate tu
tiempo, no corre prisa, tenemos toda la vida…
Un beso.
Jeremy Mena (2º
C)
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