martes, 6 de mayo de 2014

El juego de la memoria

Seguimos recordando a nuestras mascotas, a nuestros familiares, a todo aquello que ha pasado con mucha gloria por nuestras vidas. 
Aquí os muestro una selección de textos de los alumnos de Refuerzo de Lengua de 1º C.

Mi padre


Mi padre es una de las personas más importantes en mi vida. Es un hombre alto, de ojos azules, simpático y gracioso.
Dentro de un mes, aproximadamente, hará un año que se fue a Ibiza, que no lo veo, que ya no está a mi lado... Él hacía que ningún problema me aterrara. Lo pasábamos muy bien juntos. Hasta el día antes de su marcha, llorábamos porque no nos veríamos en mucho tiempo. Han ido pasando los los días y cada uno de ellos lo he echado muchísimo de menos.
Ahora, sin embargo, estoy un poco más animada porque, posiblemente, mi hermano y yo nos vayamos con él una semana en verano.
¡Qué ganas tengo de que pasen los días para volver a verlo!

Isabel María Recio Limones,1º C


Targo, mi perro


Cuando yo era pequeña tenía un perro que se llamaba Targo. Con él me sentía muy segura y muy feliz. Nada más llegar del colegio me acercaba para verlo, reír con él, acariciar su barriguita y correr por toda la casa.
Fue muy divertido aquella vez que se hizo el muerto. Mi madre y yo nos partíamos de la risa cuando le decía: “ ¡Targo, hazte el muerto!”. Y él se tumbaba, sacaba la lengua y se quedaba quieto.
Con el tiempo, como era normal, se fue haciendo viejo, y yo me sentía muy preocupada, porque sabía que cualquier noche moriría y amanecería ya muerto. Y ocurrió lo que tenía que ocurrir: aquella noche hizo unos ruidos muy extraños y murió. Por la mañana , cuando bajé de mi habitación, encontré su cuerpo sin vida. Ese día fue uno de los más tristes de mi vida, y nunca lo olvidaré, como a ti tampoco, TARGO.

Anónimo, 1º C


Mi perro Yuni


Cuando era pequeña, mi padre me trajo un perrito recién nacido cuya madre había muerto durante el parto. De aquella camada solo había sobrevivido él. Aquel perrito se llamaba Yuni me hacía muy feliz. Yo lo alimenté hasta que pudo comer solo. Cuando tenía que irme al colegio salía corriendo detrás de mí. Además sabía perfectamente a la hora que pitaba la salida de clase, así que iba a esperarme a la puerta para acompañarme a mi casa. Cuando mis padres me regañaban, se ponía a ladrar y a gruñir para defenderme, para que me dejaran. Era mi compañero, siempre venía conmigo; pero se iba haciendo viejo y caminaba muy lento, ya no venía conmigo ni jugaba. Pero yo lo comprendía y lo dejaba dormido descansando.
Su último día se sentía muy triste, y yo me di cuento. Aquella misma noche murió y parecía que de sus ojos caía una lágrima porque sabía que nunca más volveríamos a jugar ni a vernos.
Siempre llevaré en mi memoria y en mi corazón a este perrito de pelo negro y de ojos brillantes.

Estela Martín Cabello 

La nieve


Cuando era pequeño deseaba siempre que fuera invierno para que cayera la nieve y lo cubriera todo de blanco. Me encantaba ir en trineo, practicar snowboard, hacer patinaje sobre hielo y jugar a la guerra de bolas de nieve con mis primos y con mi abuelo.
Hoy en día ya nada de aquello vuelve a ocurrir: ya no están conmigo. Y yo añoro aquellos momentos, aquellos paisajes blancos, a mi familia...Ahora vivo aquí, en la Puebla, y las tierras de Rusia quedaron muy lejos; así que cuando veo en las noticias de la tele las imágenes de la nieve, siempre le digo a mi madre: “ Quiero volver a tocar la nieve, sentir ese frío tan particular que me hace recuperar en la memoria el tiempo pasado en compañía de mi gente, y recordar los momentos más felices de mi vida junto a mi abuelo.


 Mark Guzhvenco


 

Mis hermanas


Cuando era pequeño vivía en Benidorm, pero recién cumplidos los cinco años, mis padres decidieron venirse a vivir a La Puebla de Cazalla. Cuando cumplí los ocho años, mi hermana pequeña decidió irse a Benidorm para siempre, por motivos de trabajo, y mi hermana mayor la acompañó poco tiempo después.
Ahora las veo poco, pero cada vez que vienen o yo voy para allá me lo paso muy bien con ellas; aunque cuando se van, vuelvo a sentirme triste y apenado. Cada recuerdo que guardo de ellas, fotos,regalos, juguetes...me pone triste y me emociona.
Aunque este verano me vaya a vivir allí , al igual que he vivido esta Semana Santa, me parece muy poco tiempo; porque a mí me gustaría estar siempre junto a ellas, vivir allí. Así que ahora solo pienso en los meses, los días y las horas que faltan para volver a verlas.
¡Un beso muy fuerte para mis hermanas!

Jesús Cárdenas Cabrera

Mi balón de fútbol


Hace ya mucho tiempo, cuando yo tenía pocos años, mi padre me regaló un balón de fútbol de la liga. Era muy chula, de color blanco y azul. Tenía otras pelotas, pero la que más me gustaba era esa.
Le tenía tanto cariño que siempre la llevaba a todos lados, como un animal de compañía, hasta que un mal día,jugando al fútbol, la embarqué en un solar abandonado y no la pude recuperar. Ahora, siempre que veo un balón parecido, me acuerdo mucho de aquel que tuve cuando era pequeño, y que mi padre me regaló con tanto cariño.
Álvaro Copete

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