sábado, 11 de junio de 2016

TSUNAMI

Tsunami
Una mañana nos despertamos muy temprano para ir a dar un paseo por la isla de Taiwán, recién llegamos la noche anterior. Deseábamos conocerla ya que nunca habíamos viajado tan lejos. Desayunamos en el hotel decidimos irnos a dar una vuelta a la playa, descubrir su encanto. Estábamos jugando a las palas cuando mi madre nos llamó para regresar al hotel, allí podríamos bañarnos en la piscina antes de comer. Cuando estábamos en el hotel empezó una borrasca de viento muy, pero muy fuerte y a los pocos minutos observamos cómo una inmensa ola se acercaba desde la playa hasta el hotel. La gente corría y gritaba porque se trataba de un tsunami.
Yo, en ese momento, estaba en la piscina, sin pensarlo, rápidamente cogí aire y metí la cabeza bajo agua hasta que mi madre, que estaba en la terraza de la habitación, pudo sacarme de allí tras ser arrastrado por la corriente.
Cuando por fin llegó la calma, salimos a buscar al resto de mi familia, rastreamos cada rincón hasta que finalmente pudimos encontrarlos en el hospital más lejano de la ciudad.
Si no llega a ser por el idioma no los hubiéramos encontrado tan fácilmente, pues éramos los únicos españoles en ese momento y en ese lugar. inmediatamente nos abrazamos.
Tras aquello, mi padre quedó en silla de ruedas pues se rompió los huesos de las caderas y ya no podrá caminar jamás. Cuando miré a mi hermano me di cuenta de que le faltaba un brazo, le pregunté qué le había ocurrido y él me dijo con las lágrimas en los ojos que el tsunami le había arrastrado con tal fuerza que se golpeó contra una palmera y se cortó con unas de esas hojas que tienen.
Entonces decidimos marcharnos para casa. Al regreso, en el pueblo, todo el mundo empezó a preguntarnos qué nos había pasado. Nadie daba crédito del relato.
Eso quedó en el recuerdo.

Jesús Cárdenas (2º A)

SOBREVIVÍ AL TSUNAMI DE TAILANDIA
Era el verano de 1998, mis amigas y yo decidimos ir a Tailandia, ya que la gente decía que allí había una playa preciosa. Alquilamos un piso en pleno pie de la enorme playa Tailandesa. Al llegar nos lo encontramos todo muy recogido, era un piso muy acogedor. Después de almorzar nos pusimos los biquinis y fuimos a darnos un baño. Al ver aquella inmensa playa nos quedamos boquiabiertas, era enorme y sus aguas eran cristalinas.
Tras dos horas y veinte minutos de disfrutar con mis amigas , sucedió. Jamás creí que eso nos pasaría, justo en ese momento y ese lugar… Estábamos bañándonos , y de repente vi a mucha gente gritando. Cuando quise mirar hacia atrás ya tenía la ola encima, nos había tragado tan rápidamente que no nos dimos cuenta. Las olas eran muy fuertes , y me sumergieron. Tragué muchísima agua, en ese momento me desorienté y caí desmallada en seco.
Dos de mi amigas murieron, solo una estuvo gravemente herida, ingresada en el hospital. Yo, por suerte, solo estuve en coma varios meses, mis familiares creyeron que no despertaría jamás. Pero en Octubre, el día 26 desperté. Ahora solo disfruto con mi familia y amigos , mientras tanto puedo decir que “sobreviví a un gran tsunami”.

Cristina Jiménez (2º A)

EL TSUNAMI

Una mañana pensamos mi familia y yo ir a una playa llamada Bombay. Cuando llegamos allí eran sobre las diez de la mañana y nos pusimos a jugar. Cuando ya nos dimos cuenta de que era la hora de comer, nos fuimos a un chiringuito a comer una ración de pescado frito. Después de almorzar nos fuimos a meternos en el agua cuando, de repente, veo que se pone turbia y poco a poco iba avanzado más. Yo y mis primos fuimos corriendo a las hamacas donde estaba mi familia y le dijimos lo que pasaba. Mientras tanto el tsunami iba aumentado rápidamente. Corriendo nos pusimos a recoger, pero se calmó un poco y decidimos irnos otra vez al agua, improvisadamente vino una ola grandísima y nos arrastró a mí, a mi familia y a las personas que estaban allí hasta la orilla. Vi desde lejos como venía el socorrista pero yo sabía que con ese tsunami tan fuerte íbamos a ahogarnos y morir la mitad de las personas. El socorrista vino con su flotador naranja y grande y nos agarró pero de repente se avanzó una ola fortísima. Yo empecé a ahogarme y yo no veía a mi familia con el mareo que tenía; intenté llamar a mis padres pero el tsunami nos arrastró súper lejos y yo veía algunas personas en la orilla reventadas. Cuando yo vi a mis padres allí con las demás personas empecé a llorar de la impotencia de no poder salvarlo, fui a un establecimiento que estaba súper lejos y tuve que andar mucho. Cuando por fin llegue allí empecé a pegar gritos: “ mis padres, mis padres”. El tipo aquel me dijo: “móntate en mi coche y vayamos a aquella playa donde están”. Le hice caso y nos fuimos camino para allá. Ese “enfermero” se puso a revisarles pero yo veía que mi cabeza se estaba volviendo como “loca”. Los llevó a un hospital y me fui al hotel a descansar un poco. A la mañana siguiente, solo al levantarme, pensé en ir a ver a mis padres, así que me vestí y me fui de rumbo al hospital a ver cómo estaban. Me llamó un enfermero y me comentó que podía ver a mis padres. Cuando fui a la habitación estaban tumbados en la camilla, fui corriendo a darle un abrazo a mis padres y se les saltaron a los dos las lágrimas. Y vi a mi padre que le faltaba una pierna y, además, a mi madre se le habían roto las caderas. El enfermero me llamó y me dijo que si se recuperaban un poco más podrían irse a casa. A la semana siguiente volví a ir al hospital y los vi muy contentos porque les habían dado el alta, al decírmelo se me saltaron las lágrimas pero mi padre estaba en sillitas de ruedas.

Rosario Pazo (2º A)

EL TSUNAMI

Una buena mañana de sol, tuvimos la idea de ir a la playa ya que estábamos en la India. Mi hermana Rosario y yo no queríamos ir, pero mis padres nos convencieron. Fuimos a comer y yo tenía un presentimiento muy raro como si algo fuera a pasar.
Cuando terminamos de comer fuimos a la playa donde había mucha gente. Mi hermana y yo nos bañamos ya que mis padres empezaron a tomar el sol, pero cuando estábamos en el agua las olas venían cada vez más y más fuerte ya que llegaba a un punto que nos arrastraba hasta la orilla.
Mi cabeza no cambiaba yo seguía con ese presentimiento, como si algo malo fuera a pasar. Ya no podía más y se lo dije a mi madre. Ella dijo que seguramente era una tonteria y no se lo creyó. El socorrista dijo por el micrófono que teníamos que abandonar la playa porque había un pequeño tsunami. Todo el mundo corría y chillaba muchísimo.
De camino al hotel sentí que algo me empujaba por las espaldas y era una ola impresionante. Nos arrastró a todo el mundo. Pensé que ya no me podía salvar porque el agua me tapaba y sentía como en mi cuerpo me estaba clavando cosas de los coches,cristales…. No encontraba ni a mis padres ni a mi hermana; estaba confusa, no me podía creer lo que había pasado en solo tres segundo. Mi cabeza solo pensaba en mi familia:”Ojalá no le hubiera pasado nada malo”. No podía andar porque mi pierna derecha estaba sangrando y no podía moverme.
Yo, mientras lloraba del dolor y de rabia vi a unos hombres que estaban ayudando a otra gente. Pedí ayuda ya que mi pierna no la podía mover. Me cogieron y me subieron al coche. Llegamos al hospital y corriendo me llevaron a una cama y me estuvieron curando el pie y algunos arañazos que me habian hecho. Al día siguiente me desperté, y le pregunté a una enfermera por mis padres. Estuve toda una mañana buscandolos ya que mi pierna se estaba recuperando.Me enteré de una voz diciendo “Carmen”, me giré y ahí estaban mis padres con mi hermana. Mi madre estaba en una sillita de ruedas porque se dio contra un muro en sus piernas, pero, por suerte, se estaba recuperando. Mi padre y mi hermana tenían algunos arañazos pero se estaban recuperando. Le di una gran abrazo con algunas lágrimas que se me saltaron. Finalmente nos recogió un helicóptero y volvimos a casa con una experiencia mala, pero todos a salvo.

MARÍA VELA 2º A

El Tsunami
AL llegar del instituto, mis padres tuvieron una idea de ir de vacaciones por la india, visitar sus playas, sus costas. Decidimos hacer ese viaje el día 14 de julio, porque podía mi madre.
Llegó el día, mis hermanos y yo estábamos muy nerviosos porque nunca habíamos viajado en avión. Tras tantas horas llegamos, se me había hecho eterno el viaje. Al llegar allí vimos cosas impresionantes, parecía que estábamos en una película. Fuimos al hotel donde nos íbamos a hospedar esos 15 días. Llegamos muy temprano. El hotel estaba cerca de la costa Malabar. Por la tarde visitaríamos esa costa, pero antes teníamos que descansar un poco. Dimos un paseo por ese lugar, tenía palmeras grandiosas…. Al anochecer hacían una actividad turística, encendían un farolillo mientras pedían un deseo. Al día siguiente fuimos a ver toda la ciudad, parecía que estábamos en el paraíso, era maravilloso. Por la tarde mis padres fueron a la playa, y me tuve que queda con mis hermanos mientras ellos disfrutaban del atardecer. En el hotel estaban diciendo que se suponía que iba a haber un tsunami. Desde el hotel fui corriendo a avisar a mis padres, llamé al teléfono de mi padre pero no me lo cogía. No había tiempo y así que recogí toda la ropa de mis hermanos y me fui a la playa a avisarles. Cuando fui a la playa ya era demasiado tarde para avisarles. En ese momento no sabía qué hacer y me puse muy nerviosa, lo único que pensé era en mis padre y fui corriendo en busca de un agente de la policía y le pregunté: “¿Dónde están mis padres?”.
Me dijo que me sentara y me tranquilizara. Tras horas después vino el agente y me comunicó que mis padres estaban vivos, pero que se encontraban en el hospital Cruces. Me monté en el coche del agente y me llevó al hospital donde estaban ellos. Quería entrar a verlos pero vino un enfermero y me dijo que me esperara sentada y que cuando él me digera podría entrar a verlos. Después de un par de horas me llamó el enfermero y me dijo que podría entrar. Estaban tumbados en la camilla y fui corriendo a darles un abrazo a los dosVi a mi madre que tenía un golpe muy fuerte en la cabeza, y mi padre tenía la mano escayolada. Le pregunté al enfermero si se podían salvar de lo que había ocurrido y con una sonrisa me dijo que sí, que tenían que estar un par de días en observación. A los dos días me llamó el enfermero y me dijo que ya le iban a dar el alta a mis padres, que habían mejorado mucho. Cogí un taxi y me presenté en el hospital vi a mis padres esperándome en la sala y con un buen abrazo los recibí. Fuimos al hotel a recoger las maletas y nos fuimos a casa, y fuimos muy felices.
DESPUÉS DE UN GRAN SUSTO TODO SALIÓ BIEN…

NATALIA RODRÍGUEZ

EL TSUNAMI

H     Hola me llamo Alberto, vivo en Sevilla y soy el superviviente de un tsunami. Todo esto empezó el 9 de septiembre de 2013 cuando nos fuimos de vacaciones mis amigos y yo a Matalascañas. Al rato de nuestra llegada a Matalascañas fuimos a la playa. Era un día de los que te chorreaba la cara de sudor con los grandes rayos del sol. Mi amigo planeó que nos bañáramos en ese precioso océano. Mis amigos decidieron nadar más al fondo. De repente se escuchó un gran temblor de la tierra. Un amigo nuestro desapareció al momento de ese terremoto y enseguida vimos sangre y una gran aleta negra saliendo de esas manchas de sangre. Yo, lo más rápido posible, nadé hacia la orilla gritando¡¡tiburónnnnnn!!. Pensé que esa gran movimiento de terreno fue por las placas tectónicas la cual trajo los tiburones y supuse que podría traer algo peor, como la enorme ola que se acercaba: era un tsunami. Todo el mundo empezó a correr intentando salvar la vida sobre esa cosa tan grande y terrorífica.


Alberto Macho 2º A

El tsunami
El día 8 de abril viví una experiencia inolvidable: me fui de vacaciones con mi familia hasta que llegó la terrible ola que estaba en las profundidades de la playa.
En ese momento estaba toda mi familia muy nerviosa y asustada porque esa ola nos podría arrastrar hasta la muerte. Decidimos irnos de la playa para que no ocurriera esa desagradable historia.
Unos momentos después escuchamos unos gritos tremendos, pensamos que ya estaba la gran ola, nos asomamos a la puerta y en ese momento el tsunami nos arrastró.
Yo pensé que nunca más podría ver a mi familia y agradecerles todo el bien que habían hecho por mí.
Yo sentía unos arañazos por mi cuerpo, mi piel parecía que se estaba descomponiendo, mis brazos y piernas no las sentías, mi cabeza solo daba vueltas y vueltas.
Los pocos minutos terribles de vida lo pasé muy mal.
En un momento me sentía que cada vez había menos agua y pude cogerme a una rama de un árbol que estaba inclinada.
Me pude salvar, pero yo veía a las personas que no se pudieron salvar debajo del agua y algunas que ya habían fallecido estaban flotando. Yo en ese momento no sabía si ayudar a las personas o salir a correr.
Salí a correr porque vi que el tsunami venía otra vez hacia mí y no quería volver a sufrirlo.
Una vez ya todo pasado, no me creía lo que me había ocurrido. Se lo conté a mis amigos y se creían que les estaba haciendo una broma. Pero algunos pensaban que sí era verdad porque mi cara lo decía todo.
Finalmente todos se lo creyeron y no volvieron a salir de sus casas ese día.

MÓNICA RODRÍGUEZ 2º A




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