viernes, 17 de enero de 2014

MI PALABRA FAVORITA


(3º Diversificación, Cristobal)

He aquí una selección de las palabras que más les gustan a los alumnos  de Diversificación de Tercero.

La palabra MARÍA para mí es muy bonita porque es el nombre de mi madre y ella es una mujer muy especial en mi vida.
La palabra SOBRINO me gusta porque yo tengo unos cuantos y me dan alegría, amor y cariño; soy muy feliz cuando los tengo a mi lado.
La palabra NAVIDAD me gusta porque termina un año más y te reúnes con toda la familia.
La palabra PERDÓN me gusta porque es una manera de arrepentirte de algo que has hecho mal.
La palabra TIEMPO me gusta porque es una palabra que me hace revivir los recuerdos y las personas que han pasado por mi vida.Además, con el tiempo se pueden superar muchas cosas.
La palabra FAMILIA me gusta porque somos felices cuando la tenemos y cuando no, la añoramos. Además, porque los mejores recuerdos de mi vida los tengo con mi familia y con mis amigos.
La palabra TRASPLANTE me gusta porque gracias al que le realizaron a mi padre sigue entre nosotros; porque recuerdo aquel día en el que mi padre estaba ingresado en el hospital y fui a verlo porque estaba recién operado.
La palabra EMPEZAR porque suena bien y significa comenzar de nuevo algo.

lunes, 13 de enero de 2014


ROMPER EL HIELO: DE LA PALABRA A LA FRASE

Los alumnos del Taller de Escritura Creativa de Primero han realizado pequeñas composiciones de manera espontánea a partir de cinco palabras que se les han ido entregando en márgenes de tres minutos. Sin saber cuál venía a continuación redactaban su historia y al llegar la siguiente palabra le buscaban un hueco, la adaptaban para que cupiera en ella. Aquí vemos algunos de estos pequeños relatos.

Reme Romero

Aquella persona quizá fuera el amor de mi vida. Sí, lo era, pero yo todavía no sabía si me quería o no.
Ese mismo día me fui a montar a caballo por el campo y me lo encontré allí montando en bici con sus amigos. Sentí que el corazón se me abría en dos partes, sentí que quería hablar con él, pero no era capaz. Él, sin embargo, se acercó y directamente me preguntó si quería ser su novia. Yo le dije que sí.
Nuestra relación ya dura algunos años y me da mucha alegría porque hoy sigo pensando que es el amor de mi vida.

Natalia herrera Díaz

La clase es un lugar frío al que a ningún niño le gusta ir. Allí solo encontramos objetos como estuches, lápices, mesas, sillas y nada más interesante que esto. Además, los profesores solo se dedican a dar lecciones nada interesantes, sobre animales, números, palabras, ciudades, ríos...
Sin embargo, hay algo que sí nos gusta: salir al patio a jugar o simplemente a contemplar las rosas y los árboles. Este sitio sí es agradable porque nos divertimos y nos depejamos.

Andrea Sánchez

En el cielo hay muchas nubes, algunas grandes, otras más pequeñas, algunas de color blanco, otras de color gris, algunas con forma de animales y otras en forma de objetos. Y allí estaba yo contemplando esa imagen aquella tarde agradable de verano bajo la inmensa sombra de un enorme árbol cuando me encontré a mi pequeña mascota, un perrito que se acercó a mí para dame compañía y amistad.
Era un día de felicidad para todo el mundo, porque acababa de empezar el verano y había terminado el colegio.

Ángel Suárez Andrade
Aquella noche oscura me dirigí hacia el bosque y fui a mirar en el interior de la cabaña. Tenía mucho frío, miedo y sentía escalofríos. De pronto escuché unos pisotones y rápidamente fui a ver quién era. No me lo podía creer, eran las hueyas de un gigante y a su alrededor había rosas. Todo parecía muy raro, así que regresé a la cabaña , cogí mi estuche y empecé a escribir sobre lo que había visto y sobre mi caballo.

Raquel Sánchez González
Era muy temprano, necesitaba luz, pero se habían apagado los plomillos. Todo estaba muy oscuro y , como no conocía la casa, me perdí. Me puse a buscar una linterna cuando, de repente, encontré a mi primo, con el que tengo una gran amistad, que chocó conmigo. No se veía nada, no se escuchaba ni una mosca, solo se respiraba paz y tranquilidad.
De repente se encendió la luz-¡Qué felicidad!- y ya pude arreglarme para ir al colegio, pero justo cuando entré en la clase se volvieron a fundir los plomillos. ¡Vaya casualidad!