jueves, 19 de noviembre de 2015

Viaje al País Vasco y La Rioja


Esta es la crónica de nuestro viaje al País Vasco y La Rioja. Todos los que hemos participado en esta gran aventura hemos disfrutado y aprendido tanto o más de lo que  podíamos imaginar. Nuestra crónica, muy personal, no es más que un esbozo de lo hemos vivido durante estos siete días. Esperamos  que os guste nuestro relato.


                                  DOMINGO
El domino uno de noviembre salimos de La Puebla de Cazalla a las siete de la mañana. Era muy temprano pero teníamos tantas ganas de partir que a nadie se le pegaron las sábanas. Nuestros padres y madres estaban nerviosos y preocupados por nuestra partida; no era de extrañar porque durante siete días iban a notar nuestra ausencia.
El viaje duró casi trece horas, durante las cuales hicimos de todo: jugar con los móviles, mandar mensajes a nuestros amigos, charlar, charlar y charlar... Apenas dimos ruido al conductor, nos portamos muy bien y, si no, se  lo podéis preguntar. Durante el trayecto hicimos varias paradas para descansar, estirar las piernas y comer.  Después de la última parada nos quedaban aún tres horas de camino; ya se nos hizo un poco cuesta arriba el trayecto y cada media hora preguntábamos a nuestras profesoras cuánto faltaba para llegar. Se lo tomaban con resignación --¿qué iban a hacer?--. Hasta que por fin llegamos a Zarautz, nuestro primer destino en el País Vasco.


LUNES
Nuestra primera visita fue a Pasaia, a la Factoría Albaola. Para llegar a allí, debido a la distancia, abordamos dos barcos que nos acercaron hacia el museo. Una vez que llegamos, comenzamos con el paseo por el museo acompañados de la guía la cual nos estaba explicando cada uno de los detalles del ballenero que estaban reconstruyendo; desde donde lo hallaron, su tripulación, materiales, lo que consumían hasta el tiempo que duraban los viajes. Se trataba de la reconstrucción del ballenero SAN JUAN que sufrió un nafragio en las costas de Canadá en el siglo XVII. 
 
Una vez finalizada la explicación en el museo nos invito a ver las instalaciones. Pudimos ver el tamaño real de una ballena que se solía cazar y el barco que estaban remodelando. La guía nos habló de los materiales que utilizaba el ballenero rescatado, cuántas personas cabían dentro, cuántas personas trabajaban para reconstruirlo, cuántos robles habían utilizado, cuánto tiempo calculaban que tardarían hasta terminarlo. Además nos contó que cuando estuviera finalizado realizarían la misma ruta que se hacía hasta el lugar donde cazaban las ballenas en el siglo XVII (Canadá).
Una vez terminado el paseo por las instalaciones, volvimos a los barcos que nos introdujeron un poco lejos de la costa, en un pequeño paseo por el mar Cantábrico. Hacía bastante viento y el oleaje era un poco fuerte, así que unos más que otros vivimos un poco la experiencia “Titánic” en nuestros cuerpos. Era alucinante.
Un pequeño paseo por la costa


Más tarde fuimos al Monte Igueldo, desde donde pudimos apreciar a lo lejos la escultura “El peine del viento” conjunto escultórico realizado por Eduardo Chillida y Luis Peña Ganchegui. Posteriormente fuimos al acuario que se encontraba en la misma localidad. Vimos un esqueleto de una cría de ballena, fósiles de peces, muchas especies de peces clasificadas según su origen marino: tiburones, rayas, manta rayas, anguilas, medusas, sardinas, medusas, pulpos, entre otros. Acabada la visita fuimos a comer. 
 

Para finalizar el día, y no menos importante, dimos un paseo por la playa de “La Concha”, y pudimos pudimos apreciar su belleza y la de los edificios nobles y señoriales que hay en su entorno más cercano. 
 


Ya haciéndose de noche fuimos al hotel, donde comimos espaguetis con tomate, de primero, y filetes empanados, de segundo; nos duchamos, hicimos una actividad de grupo y dormimos. Aunque alguno que otro se quedó hasta bien tarde haciendo el ganso y dando guerra por los pasillos.

 
MARTES
El martes nos levantamos temprano e hicimos las maletas pues cambiábamos de provincia. La estancia en el hotel había sido muy buena: cenamos muy bien y de forma abundante y el desayuno era estupendo, con unos croisanes y un pan que ni el de nuestro pueblo, zumo de naranja y frutas variadas. Cuando acabamos de desayunar montamos las maletas en el autobús para dirigirnos a la localidad de Zamaia. Allí asistimos a un centro de interpretación, que era un antiguo matadero de animales, y nos dieron una charla sobre la ruta del Flysch:
 Los espectaculares acantilados de la costa occidental de Guipúzcoa esconden un singular tesoro natural: millones de años de historia geológica escritos en sucesivos estratos rocosos que, a causa de la acción continua del mar, han quedado al descubierto.
Una vez que terminó la lección, nos dirigimos todos juntos a la playa para ver en directo el resultado de esos pliegues en el terreno y los estratos se mostraron con total claridad delante de nuestros ojos. Era algo maravilloso. Para más, la mañana estaba bastante revuelta y el oleaje rompía contra las rocas; era una imagen muy hermosa.
Cuando acabamos en la ruta del Flysch, fuimos a las cuevas de Santimamiñe. Entramos en una antigua ermita que habían habilitado como sala de cine y allí nos explicaron qué íbamos hacer en esa visita. Vimos una pequeña presentación en 3D que simulaba perfectamente todos los recovecos de la cueva entera por dentro. Al acabar entramos en la cueva, pero solo pudimos acceder a los primeros metros, cerca de la entrada, porque, debido a la contaminación provocada por la innumerables visitas , los arqueólogos y el gobierno de esta comunidad habían prohibido el acceso al interior de la misma, donde se encontraban las famosas PINTURAS RUPESTRES, con hombres, caballos, bisontes. Sin embargo, los arqueólogos continúan investigando en el interior los vestigios del paso del hombre por aquel lugar.
Al acabar la visita a esta cueva nos sentamos en unos merenderos para comer unos bocadillos que nos habían preparado. Teníamos tanta hambre que tardamos poco en devorarlos. Cuando acabamos en el monte, nos montamos en el autobús que nos llevó a la ciudad de Guernica para ver la Casa de Juntas y el Árbol de Guernica.
Allí proyectaron un vídeo para comenzar donde se explicaba un poco el origen de la Casa de Juntas, sus miembros honorable, la simbología del Árbol de Guernica, donde nombraban a sus máximos representantes políticos, los lendakaris ( presidentes del Gobierno vasco). Cuando acabamos de ver el vídeo entramos en la sala principal de la Casa de Juntas que tenía una enorme cristalera de colores en el techo con el símbolo del roble. Cuando acabamos de ver la sala, salimos al exterior para ver el árbol de Guernica y aprovechamos para hacernos unas fotos con nuestros compañeros de Córdoba. 
Todos juntos bajo el Árbol de Gernika




Tras finalizar esta visita, nos fuimos a hospedarnos a BBK Bilbao Good Hostel. Se encontraba a las afueras de la ciudad, en una zona residencial. El hotel estaba bien, pero teníamos que compartir baños todos los de la misma sección. Bueno, no era tan malo, estaba muy limpio y en las habitaciones nos acostábamos de seis a siete personas; así que la charla nocturna se alargó hasta que nuestro cuerpo aguantó.
Ángela Bermúdez Orellana y María Serrano Rivero.
 
                                             MIÉRCOLES
- Guetxo/Portugalete : Puente Colgante , zona industrial.

- Sestao : Visita a los Astilleros , La Naval.
- Bilbao : Museo Guggenheim y recorrido por el Casco Viejo.

Aquí os vamos a explicar la experiencia de este día , lo que hicimos y los buenos momentos que vivimos.

Por la mañana visitamos el Puente Colgante de Guetxo. Este se construyó en enero de 1888 y el 10 de abril de 1890 se inició la obra del "puente-transbordador" más antiguo del mundo. Bueno, aquí nos hicimos fotos con el río de fondo. Después , subimos de 8 en 8 en un ascensor hasta llegar a la parte superior del puente, a 45 metros de altura.
Sobre el Puente Colgante
La base por donde transitamos en las alturas está hecha de tablas y daba un poco de pánico cuando las sentíamos moverse bajo nuestros pies. Recorrimos el puente de un extremo al otro y nos hicimos muchas fotos con una tablet que estaba asignada cada día a diferentes grupos, y que, en esta ocasión, nos había tocado a nosotros. Volvimos abajo y, por último, subimos al "puente-transbordador" compartiendo el espacio con más pasajeros y con algunos vehículos en la parte central, donde se ponían los carros tirados por animales en sus primeros años de vida. A todos nos sorprendió ese puente porque nunca habíamos visto otro igual , nos lo pasamos muy bien.

El astillero La Naval tiene más de 100 años y siempre han estado dedicados al diseño y a la construcción de barcos. Allí nos dio un hombre una charla sobre cómo fabricaban los barcos , con qué materiales , cuánto tiempo tardaban en hacerlos...
Nos puso un vídeo que nos mostraba lo importante que era trabajar en grupo. Nos resolvió algunas dudas y tuvo el detalle de darnos un llavero de la empresa a cada uno. Por último dimos un paseo en autobús por todo aquello mientras que él nos iba explicando. El terreno y las naves de trabajo eran extremadamente grandes y los barcos que hacían, enormes. Allí también hicimos fotos.
Aprendimos mucho sobre el tema de los barcos, era muy interesante y nos gustó bastante.

Por la tarde visitamos el museo Guggenheim. Es un edificio de arte contemporáneo diseñado por el arquitecto Frank O. Gehry. Tiene forma de barco porque antiguamente en el lugar en el que está situado había un puerto.
Allí nos explicaron un poco su historia, y es alucinante y muy entretenida. Después pasamos a una sala con algunas esculturas permanentes, de un tamaño extremo para ser esculturas: tenían formas curvas, cilíndricas, laberínticas...; estaban realizadas con hierro y nos prohibieron tocarlas nada más llegar,pero algún insensato las tocó. Nos explicaron el sentido de esas formas y hablamos mucho sobre ellas. Cada uno teníamos sensaciones diferentes. A continuación pasamos a otra sala donde había pinturas de paisaje en distintas estaciones y también vimos un moco de "Making África", una exposición itinerante que ocupaba una de las salas del museo. En ella había de obras africanas: esculturas, mobiliario, vídeos, fotografías...formas artísticas que marcaban las señas de la identidad de ese continente.
Los Tulipanes

En el exterior vimos la escultura de los tulipanes de colores y la de la araña que, según nos explicó la guía, representaba a la madre, la maternidad, la protección, y que era una más de una serie que esta artista tenía repartidas por todo el mundo. Nos hicimos fotos con ellas. Todo fue impresionante: había miles de formas distintas dentro del museo muy chulas y creativas , era todo muy moderno y grande. Nos lo pasamos muy bien y nuestra guía era muy simpática.
Bajo la Araña madre y los destellos de Bilbao

Por último nos dejaron una hora de tiempo libre por el Casco Viejo de la ciudad y aprovechamos para dar una vuelta y comprar algunos recuerdos para nuestra familia.

Este día fue uno de los mejores para mi grupo.

Carlos Hurtado Vargas , Lorena González Gálvez , Miguel Ángel Pérez Martínez , Alejandro Corona Benítez y Rubén Vargas Pérez.

                                                                            JUEVES
El jueves cuando nos levantamos cogimos nuestras maletas porque cambiábamos de ciudad. Por la mañana nos dirigimos a Vitoria a ver la ruta del Anillo Verde y el humedal de Salburúa . Lo primero que vimos en Salburúa fue un observatorio hecho en forma de cabaña y con unos pequeños ventanales por donde observamos con los prismáticos diferentes aves y algunos ciervos. También hicimos un
recorrido a pie por el humedal. La mañana estaba perfecta y el paseo fue agradable pero a un ritmo muy rápido, como casi todo lo que hacíamos, frenético.
Terminada esta visita, nos llevaron al museo del vino de Vivanco donde realizamos unas pinturas sobre botellas de cristal. Fue muy entretenida la actividad. El edificio era muy bonito y en el exterior se encontraba había una fuente de agua cristalina donde se reflejaban todas las vides de su alrededor. La Rioja tiene un color especial en sus paisaje, de película.
Unas  botellas de diseño
Sobre la hora de almorzar, estuvimos en un restaurante en Briones, donde, por cierto, nos comimos un pollo asado que estaba de muerte.
Monasterio de Yuso al fondo





Por la tarde nos dirigimos a San Millán de la Cogolla, a los monasterios de Suso y Yuso. El de Suso era muy pequeño. Más que monasterio era una pequeña ermita. Allí nos explicó un guía de forma rápida y sencilla varias cosas sobre el lugar: la vida de San Millán de la Cogolla, el origen de los dos monasterios, las reliquias del santo, los ataúdes de los infantes de Lara, las glosas y un poco de Gonzalo de Berceo.
Tras la visita nos fuimos a Logroño y recorrimos el Casco Viejo y, como era de esperar, visitamos las tiendas para comprarnos algunas cosillas y algunos detalles para nuestra familia y amigos.
Cuando llegamos a la residencia de estudiantes, donde nos alojábamos en esos dos últimos días, esa misma noche nos aterrorizamos, debido a las extrañas escrituras que encontramos en el interior de los armarios. Allí se contaban sucesos que habían ocurrido en ese lugar, y esto dio pie a un ataque de pánico entre alguno de nuestros compañeros y compañeras. Al final nos reímos mucho de todas estas historias, pero el miedo no se nos quitó del cuerpo en toda la noche.
Ana Valle, Ángela Limones , María Hormigo y Almudena Nieto.
                                
                                VIERNES
El viernes nos levantamos sabiendo que era el último día de la excursión. Al principio del día teníamos mucho sueño ( como siempre nos habían dado las tantas hablando y pasando un buen rato antes de caer rendidos), pero cuando llegamos al centro de interpretación del fungiturismo, nos interesamos mucho por el cultivo de este producto.
Después de la charla y la exposición nos llevaron a las grajas de cultivo y allí tuvimos que probarlas. A alguno de nosotros nos dio un poco de asco, pero nos gustó esa experiencia. Al final de la visita, el guía nos regaló unos libros de cocina muy bien ilustrados y con unas recetas que seguro que a más de uno le van a gustar.
 
Muy cerca de la graja de cultivo, en Arnedo, está la fábrica de Callaghan. El tema era bastante distinto al anterior y el guía tampoco fue tan ameno, pero estuvo chula la visita porque pudimos ver en directo la elaboración de los zapatos de esta marca. Nos enseñaron las pieles que usaban, cómo las cortaba, la dedicación que cada trabajador ponía en su sección... También entramos en un pequeño museo del calzado donde había zapatos muy antiguos y algunas herramientas que se utilizaban antiguamente cuando la fabricación era de forma más artesanal.

A medio día paramos en un restaurante de carretera. El día estaba genial y allí todos juntos no podíamos sentirnos más a gusto. Recuerdo que comimos arroz a la cubana y pollo asado ( otra vez pollo, pero estaba muy bueno). Los profes nos hicieron fotos para el recuerdo.




La ruta de las Icnitas la realizamos por la tarde y , a nuestro parecer, fue la experiencia más chula. Al principio fuimos a un centro de interpretación donde nos proyectaron un cortometraje sobre los dinosaurios en la Rioja.
Nos gustó mucho porque era en tres dimensiones y salían los dinosaurios moviéndose por su hábitat natural. Parecía que se iban a salir de la pantalla. También vimos restos fósiles de dinosaurios a tamaño real, una garra, un colmillo, algunos huesos... Al salir de allí, a pocos kilómetros, fuimos a ver las icnitas, las huellas de los dinosaurios en el terreno. Era fantástico cómo se habían conservado durante tantos millones de años. Nos explicó la guía los distintos tipos, de herbívoros, de carnívoros, los más grandes, los que iban en manada... La chica lo hizo estupendo y nos entusiasmó la experiencia. Además, cerca de las huella habían recreado a tamaño real algunos de los dinosaurios que habían pasado o vivido en aquel territorio.

Miguel Vera Tienda
Juan Antonio Martos Moreno

Borja Macario Ortega
Salvador Hernández Reina
Abel Rodríguez Pérez
Antonio José Romero Cabrera
 
                                                 SÁBADO
Nos levantamos muy temprano, como todos los días, a las siete de la mañana. Ya teníamos las maletas preparadas. Esta noche no habíamos dormido demasiado porque queríamos aprovecharla al máximo, así que estuvimos charlando en nuestras habitaciones hasta bien avanzada la madrugada. Después de desayunar nos despedimos de nuestros compañeros de viaje de Iznájar. Nos llevamos un recuerdo muy grato de todos ellos, y hemos quedado en vernos en alguno de nuestros pueblos uno de estos días.
Ahora un largo viaje hasta La Puebla de Cazalla. HASTA SIEMPRE.





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