jueves, 14 de mayo de 2015

2º Certamen de cartas personales

Este año se ha vuelto a convocar el concurso de cartas personales y  ha sido mucho mayor el número de alumnos que han participado. También ha sido más difícil la elección de los ganadores,en este caso, ganadoras, por la calidad y la variedad de los textos. Hemos tenido cartas de enamorados, cartas a personas que ya no están entre nosotros, cartas de ficción, cartas de amistad... La verdad es que hemos disfrutado mucho con su lectura y estamos muy agradecidos a todos los participantes de este segundo certamen. 
He aquí los textos de las dos  ganadoras: Alcia Barroso (2º ESO) y Ana Molina (3º de ESO).
 

Querido Amor:

Tal día como hoy poso mi mano en el cristal mientras veo la lluvia caer. Con un café muy caliente me siento en el sofá, cojo un bolígrafo y me dedico a escribir todas las frases que me decías.
Al terminarlas, abro la ventana, enciendo un mechero y de hoja en hoja voy quemándolas despacio, muy despacio, como si fueran mariposas aleteando en primavera, dejándolas caer al vacío.Aquellas cenizas me causaban mucho dolor, dolor que se fue con el viento. Tal vez no tenga mucho sentido, pero se puede decir que toqué la libertad con mis propias manos.Mis lágrimas caían por mi rostro y dejaban una huella fría que acababa en mis labios. Solté un suspiro muy profundo. Me lavé las manos y me quité ese olor a humo, que me recordaba a la chimenea donde todas las tardes me calentaba junto a ti.
Hoy es el segundo día que continúo escribiendo esta carta. Ha amanecido soleado, escucho a los pájaros cantar, y a los niños correteando por los largos y estrechos pasillos del hotel y, lo más importante, es el segundo día que espero tu regreso. Salgo a la calle y no reconozco a nadie, me siento sola, pero sigo caminando sin rumbo. En todas las personas veo tu rostro, alzo mi cabeza como si no hubiera horizonte. Mi sonrisa es deslumbrante, pero mi interior es una casa en ruinas. Tomaste el camino de la derecha, yo el de la izquierda, pero no nos dimos cuenta que el mundo es redondo.
Espero que seas muy feliz y si estamos destinados a estar juntos el tiempo lo decidirá.
Te quiero.
Alicia Barroso


Hola:
Sé que no te escribo nunca pero, quería hacerlo, porque no aguanto más.Papá siempre está con el mismo tema: “salir más a la calle” y todos los demás de la familia no hacen más que reñirme, aunque creo que es porque no se ponen en mi situación. Bueno, todos no, una persona de la familia es la única a la que le importa mi salud y que tenga respeto hacia los demás. Creo que es porque le ocurrió lo mismo que a mí pero a más edad. Además tú eras la única persona que me importaba lo suficiente para seguir avanzando en esta vida, en ti podía confiar y también contar contigo. Tú me ayudabas a volar y a conseguir lo que me proponía.
Aunque todo eso cambió el 20 de junio del 2013. Lo recuerdo perfectamente: tú habías venido a casa a pasar unos días porque querías estar con nosotros y dejar un tiempo el hospital. El único inconveniente era que tenías que tener todo el rato una bomba de oxígeno, pero eso no importaba, porque yo disfrutaba mucho de tu compañía. A la mañana siguiente me despertó mi tía diciéndome que la bomba de aire dejó de funcionar en plena madrugada, y que tuvisteis que ir corriendo al hospital. En ese instante me quedé de piedra, porque antes yo confiaba en que te recuperarías y en que volveríamos a hacer lo que te gustaba. Al siguiente día iba de excursión, pero a las 8 llegó mi padre advirtiéndome que sería mejor que me quedara con mi familia porque habías empeorado. Por la tarde llegó papá y le hice la gran pregunta: “¿Cómo está ella?” A lo que él respondió entre lágrimas y una cara muy triste: “Hija… se ha ido…”.Entonces rompí a llorar como nunca antes lo había hecho , me pasé más de 36 horas sin dormir. No podía creerlo. La locura me ató a las cadenas de la amargura y de la soledad. Luchaba y luchaba pero ellas eran más fuertes que mi voluntad y mi fuerza unidas. También hice cosas de las que me avergüenzo, pero eso lo contaré en otro momento.
Si no estás aquí no conseguiré avanzar , porque eras la que me daba fuerza, ánimos y ganas de seguir. Te quiero con toda mi alma. Y ahora me despido citando las últimas palabras que me dijiste: “Dulces sueños Ana”.
Ana Molina


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