Siempre es un buen momento para echar
mano de la página en blanco y cargarla de nuestros mejores
sentimientos para enviárselos a alguien. Nunca nos recordarán por
nuestros pensamientos más ocultos, así que pon en marcha tu
memoria, habla con tus seres queridos, diles lo que sientes por ellos
y si quieres que tus palabras permanezcan para siempre, dedícales
tus mejores letras por escrito con una carta.
Para mi papá
Querido papá:
Van pasando los días y por fin se
acercan las vacaciones. Pronto acabará este curso que hace ya casi
nueve meses que lo empecé, siempre con tu apoyo. Y aunque tú hace
más de un año que estás lejos, sigo teniéndolo. Quiero que sepas
que ya mismo estaré allí contigo dándote la lata (después no te
vayas a quejar).
A veces me acuerdo de los momentos más
bonitos que hemos pasado juntos, cuando me regalaste los perritos,
que tú sabes que cuidé con tanto cariño. También recuerdo cuando,
hace años, me compraste aquel peluche de Pitufo, con un cabezón
enorme y que pesaba un montón. Todos nos reíamos de aquella enorme
cabeza.
Espero que cuando vaya nos lo pasemos
tan bien como antes y que no lloremos tanto como cuando te marchaste.
Porque tú te tuviste que ir por nosotros, para trabajar en Ibiza.
Te quiero mucho papá y cuento las
horas que me quedan para volver a vernos
Muchos besos.
Isabel Recio
Para mi buen amigo Marco
Querido amigo Marco:
Cuántas ganas tenía de escribirte
estas palabras. Hoy finaliza el curso que comencé hace nueve meses
con toda la ilusión del mundo. Cuando llegué al Lorca solo quería
conocer a mis profesores y a mis compañeros. El primer día de
instituto empecé a ponerme muy, pero que muy nervioso. Más tarde
fui cogiendo una confianza esplendida con mis compañeros y con mis
profesores. La mejor profesora que me cayó al llegar al instituto
fue Patro, con la que tengo muy buena relación y me aconseja que
escriba estas y otras cosillas.
Me acuerdo mucho de ti, sobre todo de
cuando venías a mi casa a jugar a la Play y al fútbol. Espero que
vuelvas pronto por aquí y quiero que sepas que en mí tendrás
siempre un amigo para todo, para lo bueno y para lo malo. Aún
recuerdo esos días de gloria haciendo nuestras travesuras y
perrerías, jajaja...
Bueno , me despido hasta otro momento.
Espero que sigas tan bien.Te quiero mucho, Marcos.
Agustín Torres
Para mi maestra Inés
Querida
maestra Inés:
Ya
hace dieciocho meses que me fui del colegio. No sé si lo sabes, pero
repetí mi primer año en el Lorca. A pesar de este tiempo que ha
pasado, aún recuerdo los buenos ratos que pasé contigo y con mis
nuevos compañeros, que ahora va cada uno por su camino. Me acuerdo
de mi primer día en el Santa Ana y de los ratos que echábamos
jugando al bingo. Por cierto, hace mucho tiempo que no veo a tu hija.
Algunos te recordamos como la mejor maestra y tutora que hemos
tenido. ¿Cómo te van por ahí las cosas? ¿Son muy malos tus nuevos
alumnos? Ojalá pudiera volver a esa misma clase.
Cuańto
siento tener que despedirme de ti, tanto ahora como cuando dejaste
de ser mi maestra; pero es el destino el que elige nuestro recorrido
por este proceso que llamamos vida.
Recuerdos
de tu alumno Mark.
Para
un amor imposible
Querido...
Te
escribo estas palabras para que sepas que lo nuestro es imposible.
Todos estos años que he pasado a tu vera nunca los olvidaré debido
a que has sido mi primer amor, y aún el único. Pero he pensado que
tengo pocos años, catorce, y que no tengo edad para estar amarrada a
nadie. Son pocos los años que disfrutamos de la juventud y esos los
quiero disfrutar sin ataduras. Ahora quiero aprender a volar, y
aunque tú tengas que llorar por mi, la vida sigue, quieras o no
quieras. Tendré que hacer de nuevo mi vida e irme de tu vera.
Algún
día querré tener a alguien y seguro que me acordaré de ti, y te
buscaré, porque nunca podré olvidar todas las cosas que he vivido
contigo, amor. Pero en este momento quiero ser libre, quiero ser
feliz, disfrutar y aprender cosas nuevas. Puede también que no te
vuelva a hablar, todo es posible; pero quiero que sepas que te quiero
y siempre llevaré en mi mente esa sonrisa tan perfecta. Algún día
nos veremos, cruzaremos nuestros caminos, y no te extrañes si me
sale esa risa tonta que no me puedo aguantar cuando me miras sin
sonreírme.
Cuando
miro la luna me acuerdo de aquel día que fuimos al poli de noche
para ver las estrellas. Fue una noche inolvidable. Te amo y te
llevaré siempre en mi corazón , pero tengo que madurar y hacer este
camino sola. Espero que siempre seas muy feliz, aunque no sea
conmigo, y que guardes siempre esa cara de niño por dentro y por
fuera.
Te
quiero.
Anónimo
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