domingo, 15 de junio de 2014

Ganadora Primer Certamen de Poesía



María Dolores García (3º B) ha sido elegida  ganadora del Primer Certamen de Poesía del IES Federico García Lorca.  En sus poemas hemos encontrado a través de las palabras la máxima expresión del sentimiento amoroso. Ha sabido utilizar con una maestría, similar a la de muchos poetas, la antítesis y la paradoja para expresar ese sentimiento: unas veces triste, otras alegre; unas veces traicionero, otras acogedor; unas veces dulce, otras trágico; pero en toda su esencia, AQUEL que da sentido a nuestras vidas.
                     
                       I
Me gusta que te quedes
cuando el resto ya se ha ido.

Que cuando me hunda me levantes
o te hundas conmigo.

Me gusta cómo me miras.
cómo consigues hacer
que hasta el peor de los días
acabe sabiéndome bien.
Cómo aparentas serenidad,
cuando hay una batalla ahí fuera.


También me gusta
que te enfades.
Que insistas.
Que resistas.
Que no te dejes callar.
Que puedas ser una fiera
o un cordero.
Que no te dejes domesticar.

Me gusta que seas tú.
Me gusta que hagas que sea yo.
Me gusta que seamos nosotros.
 
        II

Nunca pensé
que pudiera doler la nada.

Nunca pensé
que pudiera
llenarme tanto el vacío.

Nunca pensé
que pudiera quebrar mi voz
con un grito ahogado.

Nunca pensé
que fuera un mar de lágrimas
el que fuera a bañar mi piel
con más frecuencia.

Nunca pensé
que alguien de apariencia tan cálida
tuviera un corazón frío como el hielo.

Nunca pensé
que la soledad
sería mi única compañera
en este viaje hacia ninguna parte.

Tampoco pensé que fueras a marcharte,
y qué idiota fui
al no darme cuenta de que,
de alguna manera,
ya hacía mucho tiempo que te habías ido.

  

                 III



No hay nada que siente peor
 

que ver cómo te alejas lentamente.


Y tus recuerdos


se disipan como el humo de un cigarro


a punto de consumirse.


Pero nunca terminas de marcharte.


Y cuando creo que no me pareces 


importante,


que no me duele el verte de esa forma,


vuelves a aparecer


con más fuerza y astucia que nunca.


Y vuelves a llevarme por tus calles,


a recordarme lo que fuimos


y los sueños que perseguimos.


Y haces que vuelva a enamorarme.


Lo peor es que no puedo hacer nada por evitarlo.



Y eso, amigo, es lo que más jode.


Porque luego


vuelves a desaparecer


sin dejar rastro.


Como un sueño fugaz


del que nunca consigo despertarme.













 



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