Hoy las letras se visten de luto
Apenas
tenía doce años cuando leí el primer capítulo de Cien años de
soledad. Ya ha pasado mucho tiempo desde aquello, pero no tanto como
para dejar de recordar que, gracias a esa lectura, comencé a enamorarme de la literatura en general, y de la obra de García
Márquez en particular. Gracias a las palabras creadas por este
genio, por este gran genio de nuestro tiempo, mi mente ha navegado
cientos de veces en el barco de la imaginación; mi vida se ha
sumergido una y otra vez en la vida de otros personajes, de otros
tiempos, de otros lugares, que habrían quedado ocultos de no
haberlo conocido.
Esas
puertas, que se abrieron cuando entré en Macondo, aún siguen
abiertas; y hoy, que siento una pena grande porque TÚ has dejado de
vivir entre nosotros, te doy las gracias por todo: por hacerme
imaginar, soñar, pensar, dudar, reír, llorar; por contarme
historias que ni aún viviendo cien vidas las habría conocido.Te
doy las gracias por enseñarme que el hombre en su esencia es bueno;
que olvida cuando necesita negar la existencia de la maldad; que ama
por encima de la vejez y del paso del tiempo; que tiene sus pequeños
pecados, pero tan pequeños que se pueden perdonar ;que el rencor y
el odio no engendran más que odio y rencor; que el amor es un arma
tan poderosa que nos hace levantarnos felices y seguir adelante
cuando el camino se estrecha y se hace dificil... por enseñarme
tantas y tantas cosas.
Gracias
, García Márquez. Te estaré eternamente agradecida.
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