viernes, 18 de abril de 2014


                                  Hoy las letras se visten de luto


      Apenas tenía doce años cuando leí el primer capítulo de Cien años de soledad. Ya ha pasado mucho tiempo  desde aquello, pero no tanto como para dejar de recordar que, gracias a esa lectura, comencé a enamorarme de la literatura en general, y de la obra de García Márquez en particular. Gracias a las palabras creadas por este genio, por este gran genio de nuestro tiempo, mi mente ha navegado cientos de veces en el barco de la imaginación; mi vida se ha sumergido una y otra vez en la vida de otros personajes, de otros tiempos, de otros lugares, que habrían quedado ocultos de no haberlo conocido.
          Esas puertas, que se abrieron cuando entré en Macondo, aún siguen abiertas; y hoy, que siento una pena grande porque TÚ has dejado de vivir entre nosotros, te doy las gracias por todo: por hacerme imaginar, soñar, pensar, dudar, reír, llorar; por contarme historias que ni aún viviendo cien vidas las habría conocido.Te doy las gracias por enseñarme que el hombre en su esencia es bueno; que olvida cuando necesita negar la existencia de la maldad; que ama por encima de la vejez y del paso del tiempo; que tiene sus pequeños pecados, pero tan pequeños que se pueden perdonar ;que el rencor y el odio no engendran más que odio y rencor; que el amor es un arma tan poderosa que nos hace levantarnos felices y seguir adelante cuando el camino se estrecha y se hace dificil... por enseñarme tantas y tantas cosas.
Gracias , García Márquez. Te estaré eternamente agradecida.

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