lunes, 21 de abril de 2014

l Certamen de cartas personales

Carta ganadora del "Primer certamen de cartas personales del IES Federico García Lorca"


Un mensaje para ti


Querida amiga:
Ya que fuiste mi amiga, quisiera describirte una batalla perdida…”, quisiera recordar aquel día que cruzamos miradas y surgieron sentimientos, diría lo que pienso sin pensar lo que digo para describir la sensación que correteó  mi cuerpo. Aquel 14 de Febrero a las tres  de la tarde en el parque Maria Luisa, mientras daba de comer a las palomas, te acercaste a pedirme la hora,  y yo, al decírtela, te miré, me miraste a los ojos,  y nos dimos cuenta de lo que surgía. Te quedaste conmigo en el parque y estuvimos charlando hasta que se nos hizo de noche. Te llevé a tu casa y al despedirnos nos dimos nuestro primer beso. A partir de esa noche mi vida cambio, empezó a pasarme lo que dice la gente: “mariposillas por el estómago”. Veía el mundo de otra manera simplemente enamorado de ti.
Tú ya conocías a alguno de mis amigos, y aquella tarde de principios de verano me dijeron que coincidiríamos en una fiesta. En ese momento se paró el tiempo, mi corazón solo supo recordar el beso que nos dimos. Si te  volviese a ver, no sabría qué haría. Estuve semanas y semanas pensando en esa fiesta y  cuando llegó el día no supe qué hacer, no estaba preparado para tanta presión. ¿Qué nos pasaría a los dos cuando volviésemos a mirarnos? Al llegar a la fiesta y ver que todavía no habías llegado, tuve  unos minutos de reflexión para saber cómo actuar cuando te viese. A  las doce, como si fuera la hora de los sueños,  sonó la puerta y al verte entrar con ese vestido blanco y esa carita sonriente, que me gusta tanto, nos  mirarnos y nuestros ojos brillaron. Nos acercamos uno al otro  y, al tenernos cara a cara, empezamos a besarnos. Te acercaste a mi oído y me dijiste susurrándome: “No te dejaré escapar otra vez, quiero vivir contigo”. Esa noche fue la más importante en mi vida, y hasta el día de hoy sigo igual de feliz que aquel día en el parque María Luisa.


Agustín Chacón (PCPI2)

viernes, 18 de abril de 2014


                                  Hoy las letras se visten de luto


      Apenas tenía doce años cuando leí el primer capítulo de Cien años de soledad. Ya ha pasado mucho tiempo  desde aquello, pero no tanto como para dejar de recordar que, gracias a esa lectura, comencé a enamorarme de la literatura en general, y de la obra de García Márquez en particular. Gracias a las palabras creadas por este genio, por este gran genio de nuestro tiempo, mi mente ha navegado cientos de veces en el barco de la imaginación; mi vida se ha sumergido una y otra vez en la vida de otros personajes, de otros tiempos, de otros lugares, que habrían quedado ocultos de no haberlo conocido.
          Esas puertas, que se abrieron cuando entré en Macondo, aún siguen abiertas; y hoy, que siento una pena grande porque TÚ has dejado de vivir entre nosotros, te doy las gracias por todo: por hacerme imaginar, soñar, pensar, dudar, reír, llorar; por contarme historias que ni aún viviendo cien vidas las habría conocido.Te doy las gracias por enseñarme que el hombre en su esencia es bueno; que olvida cuando necesita negar la existencia de la maldad; que ama por encima de la vejez y del paso del tiempo; que tiene sus pequeños pecados, pero tan pequeños que se pueden perdonar ;que el rencor y el odio no engendran más que odio y rencor; que el amor es un arma tan poderosa que nos hace levantarnos felices y seguir adelante cuando el camino se estrecha y se hace dificil... por enseñarme tantas y tantas cosas.
Gracias , García Márquez. Te estaré eternamente agradecida.

viernes, 11 de abril de 2014

Mitos y leyendas

Ahora vamos a ver por qué algunos animales están tan curiosamente dotados. Dejemos a un lado la ciencia y echemos a correr nuestra imaginación. Aquí os mostramos la interpretación de esos fenómenos por nuestros alumnos de segundo de ESO.

El mito del pingüino

Hace mucho tiempo hubo un pájaro llamado Pingüino que no podía volar.
Los otros pájaros se burlaban de él. Un día, Pingüino decidió intentar aprender a volar saltando desde una roca, y para evitar darse de bruces contra el suelo buscó como fondo el agua del mar. Después de una horas de esfuerzo, vino un amigo suyo de confianza a ayudarlo. Este, al verle caer al agua, se dio cuenta de que se deslizaba en el medio acuático como un pez, porque tenía unas alas diferentes a las suyas. Al fijarse mejor, se percató de que no tenía alas, sino que de sus extremidades salían una especie de aletas parecidas a la de los peces. Su amigo, sorprendido, le dijo  a Pingüino que fuera a visitar al rey de los animales para que se lo dijera, porque no era normal que tuviera las aletas de un pez siendo un pájaro.  El rey de los animales al oírlo no se lo creyó y lanzó varias carcajadas que dejaron a Pingüino desalentado; sin embargo, este le demostró que podía nadar y rápidamente se lanzó desde la peña más alta hacia el mar. El rey se sorprendió tanto al verlo que sus ojos no pestañearon. Desde ese momento, Pingüino dejaría de intentar volar como un ave y se sumergiría en el mar para vivir media vida entre los peces. 

Samuel Vera (2º B)


El mito del traje de fiesta del pingüino

Hace muchos años, en la era de la gran  Glaciación, los osos y los pingüinos, que eran por aquel entonces muy amigos, quedaron en el Polo Sur para la Fiesta de la Primavera Glaciar. Los pingüinos se pusieron sus mejores galas y, de inmediato, todos en fila india, llegaron a su destino. Sin embargo, los osos que estaban hibernando, de tanto dormir tenían la costumbre de llegar tarde. Cuando se despertaron, la era de la Glaciación ya había terminado y los grandes bloque de hielo se habían separado, dejando enormes espacios de agua entre sí, por lo cual no pudieron llegar al Polo Sur.

Los pingüinos, boquiabiertos, vieron cómo aquellos bloques se separaban y, asimismo, les impedían volver a casa. Tanto habían esperado a los osos que el tiempo se les echó encima, estaban atrapados en este extremo del planeta. Sin embargo, nunca perdieron la fe de que en una nueva glaciación pudieran volver a su tierra. Lo que llevaban peor era tener que vestir  de por vida los trajes de chaqué para la Fiesta de la Primavera.

Andrés Morales (2º C)

El mito de la trompa del elefante


Hace mucho tiempo, un  elefante llamado Panchito no podía agacharse. Se había puesto tan gordo que sus piernas, su barriga y su tronco le impedían llegar al suelo para comer la hierba con la que alimentarse.
Un día, Panchito vio que a su familia le ocurría lo mismo: las plantas más cercanas se las comían otros animales más ágiles. Así que decidió acudir al dios de los elefantes y le dijo: “ Mi familia no puede comer por la gordura. Nacimos así y nuestro cuerpo nos hará morir de hambre si no podemos llegar a los árboles o a la hierba”.

El dios elefante les puso una tarea necesaria para conseguir sus objetivos: “Tendréis que tirar continuamente de las ramas que estén a vuestro alcance con el apéndice que sale de vuestra nariz”.
Poco a poco comenzaron a tirar, un día detrás de otro, hasta que vieron que su nariz, gracias al esfuerzo y al trabajo,  crecía progresivamente.
Pasaron unos años y comprobaron que, lo que en un principio era un hocico pronunciado, se había convertido en una enorme trompa que les podía ayudar a comer y a beber. Panchito y su familia, muy agradecidos, fueron a darle las gracias al dios de los elefantes por haberlos dotado de una herramienta tan útil.

Nora Akrach

El mito de la tortuga


Hace muchos, muchos años, un animal llamado tortuga era presa de todas las fieras del bosque. Había nacido tan lenta que no podía huir cuando venían unos y otros a devorarla.
Un día, harta de esconderse en la oscuridad y viendo que sus compañeras desaparecían bajo las fauces de los leones y de otros animales, reunió  a sus amigas les explicó un plan para defenderse: “¿Por qué no nos hacemos unas corazas para protegernos de nuestros enemigos?”.
Las tortugas se quedaron pensativas, aunque todas aprobaban la magnífica idea de aquella. El problema era cómo crear ese caparazón. Pero la idea ya la tenía en mente: “ En la laguna hay un tipo de barro, que con el calor se cuece y se endurece. Nos revolcaremos por él hasta que creemos nuestro caparazón y moveremos nuestras patas y cabeza para que no se nos queden dentro."

La idea fue muy atractiva y todos a una se encaminaron a hacer sus casitas andantes. Desde aquel día viven felices y tranquilas, viendo pasar a sus enemigos y, en ocasiones, riéndose de ellos.

José Manuel Navarro 

sábado, 5 de abril de 2014

Publipoema

La actividad del Publipoema ha tenido un gran éxito entre los alumnos del Lorca. Trini ha propuesto esta tarea en el grupo de refuerzo de inglés de 3º, y  he aquí  los resultados.













Cuéntame un cuento

Ana Rodríguez ha trabajado la palabra favorita en inglés y  la adaptación de algunos cuentos tradicionales. Aquí os dejamos algunas imágenes de sus creaciones.
My favourite word – Mi palabra favorita
Los alumnos de refuerzo de inglés de 2º ESO pensaron en sus palabras favoritas en inglés y las plasmaron en un bonito mural donde escribieron

My favourite word is CARNIVAL because it is my hobby.
My favourte word is HAPINESS because I'm feeling happy.
My favourite word is LOVE because it is beautiful to be in love.
My favourite word is TRAVEL because I love travelling.



Tell me a tale - Cuéntame un cuento
Los alumnos de refuerzo de inglés de 2º ESO han trabajado cuentos populares y han cambiado hechos fundamentales que ocurren en ellos.De esta forma un grupo ha trabajado el cuento de La Ratita Presumida (The Fussy Little Mouse) y han cambiado personajes fundamentales en la historia. Así la protagonista de su cuento, The Fussy Princess, es una princesa que se casa con un ladrón en vez de con un gato y finalmente, es salvada por un apuesto príncipe y no por un valiente ratón.
El segundo grupo ha realizado su cuento, Peter, a Bear and the Wolf, a partir del de Pedro y el Lobo (Peter and the Wolf) y han cambiado el final, en el que aparece un oso que se come al lobo y a las ovejas de Pedro, dejándolo desconsolado, muerto de vergüenza y jurándose a sí mismo que no volvería a hacer una broma.