DE LA PALABRA A LA FRASE
Al principio, cuando empecé a jugar a
baloncesto, no era muy bueno y no jugaba mucho; pero este año, me siento más
cómodo y consolidado en el equipo porque juego más
y mejor.
Después de haberme hecho un hueco en el
equipo, los entrenadores se quedaron maravillados conmigo, por mi rápida
progresión, debido a que cuando llegué al equipo apenas sabía jugar.
Poco a poco iba trabajando más en los
entrenamientos, y cuando iba llegando el final de la temporada me quedé estupefacto por mi cambio físico al final del año. En
el último partido de liga ganamos de treinta puntos, pero cuando acabó el
partido no nos pudimos poner las medallas porque venían en un carruaje desde Huelva hasta Sevilla.
Finalmente, tras dos horas de espera,
llegaron las medallas, que eran de chocolate y por desgracia, llegaron
derretidas y no pudimos disfrutar de ellas.
DE LA PALABRA A LA FRASE
Esparta no era más que un
campo de batalla ennegrecido y rojizo. Rojizo de sangre de aquellos persas que
habían luchado en vano. Cansado, volví a rastras hasta Siwa, mi pueblo natal.
Allí, mi hijo y mi esposa estaban ansiosos por volverme a ver respirar de
nuevo; aquel fin de semana fue muy relajante, hasta que mi amigo Klaus, regresó
y empezó a quejarse de que el general quería más hombres para su ejército para
la lucha entre Esparta y los persas.
Cuando volví, el general ordenó
enfrentarnos a aquellos animales, con un ejército de 300 hombres. Solo que
ellos eran de 6000 hombres cada ejército. Estábamos condenados. El día de la
batalla, nos alzamos con nuestros escudos y espadas. Espartanos contra persas,
persas contra espartanos, hombres contra hombres. Después, no sé el porqué,
apareció mi hermano pequeño correteando por allí. ¿El porqué? Pues ni idea, lo
único que sé es que un minuto después tocó el despertador y tuve que
levantarme, pues a las 9 de la mañana me tocaba dar una presentación de la batalla
entre persas y espartanos.
Daniel Ferrusola, 3º C
DE LA PALABRA A LA FRASE
Hacía un día de escándalo, y decidí ir con mi familia
a la playa,
donde nada más llegar vimos a un
niño vendiendo coca-colas. Mi
hermana pequeña, que es
muy cómica, se puso
a vender con
él pregonando. Toda
la gente que pasaba empezó a acercarse
a comprar. El chico que
vendía coca-colas, se coló
de amor al
ver a mi
hermana mayor con aquel
triquini de flores.
De repente, observamos bien
la playa y
vimos a Fermín
de La que
se avecina en un
chiringuito con su
negocio haciendo sardinas.
Fuimos todos a
saludarlo y nos
dijo que estaba muy
preocupado porque era
el cumpleaños de
su mujer y aún
no había podido
ir a comprarle
aquella perla que
había visto en aquel escaparate
de lujo.
Nos dio el
dinero para que
nosotros fuésemos a
por la perla y
cuando íbamos de
camino vimos una
feria cerca de
la playa y paramos
para verla. Había montones
de cosas, incluso gente montando a caballo. Después fuimos
a comprar la
perla, la cual
era bastante cara. Cuando veníamos
de vuelta tuvimos
la suerte de
encontrarnos con una de
las participantes del
programa los Supervivientes y nos echamos una
foto con ella. Por último, le
llevamos la perla
a Fermín. ¡Vaya día de famosos!
Finalmente nos fuimos
a casa.
Macarena Bonilla Navarro, 2º C
DE LA PALABRA
A LA FRASE
EL VIAJE
La
otra noche, en la cena, mi hermano mayor me dio una sorpresa, me regalo un viaje a
las Maldivas. Él ya había estado allí, así que me empezó a contar todo lo que había hecho durante su
estancia y lo bonito que era ese lugar.
Me
dijo que el viaje era solo para cuatro personas, por tanto, las tendría que elegir. Yo me
puse a pensar a ver a quién me podría llevar y me acordé de Carla, mi mejor
amiga; es muy fiestera y baila genial. De pequeña siempre estábamos en baile juntas y, sin duda, Carla lo hacía
mejor que yo, hasta que un día tuvo una lesión en la pierna y desde entonces no ha vuelto a estar más en
las clases. Pero estoy segura de que vendrá conmigo.
Me
acuerdo del último viaje que hicimos juntas, fue a Roma. Allí se compró un pequeño estuche en
el que ponía “I LOVE ROMA”, y , como me gustaba mucho, me compré otro igual
pero verde agua. Aquella misma noche fuimos a dar un paseo. Hacía una noche muy
bonita, hacía demasiado tiempo que no había luna llena y estaba preciosa; todo el mundo la estaba
contemplando.
Creo
que me encantará ir de nuevo de viaje con Paula, Rocío y Carlota; nos lo pasaremos
genial, y sobre todo cuidaremos la salud de Rocío, ya que está un poco pachucha.
Beatriz Sánchez, 2º C
DE LA PALABRA A LA
FRASE
Pepe
quería disfrutar del amor pero no lo encontraba, así que se metió
en una web de citas, Meetic, y allí encontró a una señora que era muy parecida
a él. A los dos les encantaba la comida, aparte de otras
cosas en común, como los juegos de play y además la informática. El primer día que se vieron fueron a cenar a un restaurante exquisito y
se hartaron de comer palomos. A la mañana
siguiente, Pepe volvió a llamar a Carolina porque le había gustado mucho,y como
a él le encantaba viajar le ofreció un viaje a Egipto, su país favorito.
Carolina lo aceptó. Fue un viaje muy largo, pero valió la pena
porque se enamoraron locamente uno del otro.
Rubén, 2ºC
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